Wednesday, December 7, 2011

Pasan un calvario los pacientes

Los pacientes optan por no comprar la receta
Por Marga Parés Arroyo /Mpares@elnuevodia.com
“Bomba es”, así respondió María Hernández Rosario cuando recientemente en una farmacia le cobraban $9 por despacharle solo tres pastillas de un medicamento de salud mental que necesitaba tomar.
La imposibilidad de adquirir las medicinas que necesita ha provocado que esta mujer de 39 años, quien padece de depresión, esté más ansiosa.
“Esto me ha afectado los nervios”, dijo Hernández Rosario, oriunda del municipio de Dorado.
Mientras antes esta beneficiaria del Plan de Salud del Gobierno no pagaba nada de deducible por los medicamentos que necesitaba, ahora le cobran $1 por cada fármaco genérico y $3 por cada medicina de marca u original.
Esa es la cantidad que se les cobra a los aproximadamente a 900,000 beneficiarios de Mi Salud que caen bajo el programa federal de Medicaid, esto es, que generan un ingreso mensual de 0 a $400.
Esta mujer, paciente, además, de varias condiciones de salud crónicas, está incapacitada, por lo cual no trabaja.
Como ejemplo del calvario que vive, Hernández Rosario narró cómo a finales del mes pasado salió de una hospitalización en una clínica de salud mental con una receta de unos medicamentos que le urgía tomar.
“Después no pude ni comprarlos. No es justo”, lamentó la mujer que ayer acudió a su grupo médico primario en Levittown para que le evaluaran la hinchazón que tenía en una rodilla tras haber sufrido una caída.
“Me mandaron a sacar placas en la rodilla y en la cadera, me mandaron a hacer unos laboratorios y a comprar dos medicamentos, pero no voy a poder comprarlos ni hacer nada porque no tengo chavos”, dijo en tono de desesperación esta mujer, quien diariamente debe tomar siete medicamentos para sus diversos padecimientos.
María Montalván, de 62 años, es otra beneficiaria de Mi Salud que se ha visto afectada con la imposición de deducibles en los medicamentos.
“Antes no pagaba nada y el otro día tuve que dejar una receta en la farmacia porque me estaban cobrando $7 por la medicina”, dijo Montalván, residente del municipio de Toa Baja.
Paciente de diabetes, alta presión y angina de pecho, entre otras condiciones de salud que también padece, Montalván lamentó cómo desde hace varios meses, según ella, desde el cambio a la aseguradora Triple-S en su región, no ha podido tomar los cinco medicamentos que necesita diariamente.
“Les dije en la farmacia que no tenía dinero. ¿De dónde lo saco si no tengo marido?”, lamentó la sexagenaria.
Montalván comentó que, como no se ha podido tomar sus medicinas, tampoco ha ido a sus visitas de seguimiento, como a la de su cardiólogo ya que, según dijo, también debe pagar un deducible cuando visita a este especialista.
“Me he sentido peor”, confesó.
La fémina, de hecho, acudió ayer a su grupo médico primario ya que tenía las piernas hinchadas por la mala circulación, condición que también padece.
“Me cobraron $5 por la inyección que me pusieron”, dijo Montalván mientras esperaba, en una parada pública de autobús, vehículo que la transportaría de regreso a su hogar.
“Esto va de mal en peor”, lamentó Hernández Rosario, quien también estaba a su lado en espera del autobús.

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