Para los defensores del paciente, el modelo de prestación de servicios de Mi Salud es, justamente, el principal obstáculo en la meta de lograr un mejoramiento en los servicios al ciudadano.
Y es que quienes abogan por los derechos del paciente están convencidos de que el presupuesto de Mi Salud no es suficiente para consolidar un esfuerzo de medicina preventiva.
La promesa del gobierno en esta reforma del sistema de salud pública fue centrarlo en el paciente, con la intención de reforzar, a su vez, la salud preventiva. “Pero la verdad es que Mi Salud contribuye muy poco al estado de salud de un pueblo”, opinó el doctor Ibrahim Pérez, analista de salud.
A su juicio, en las últimas cinco décadas el País ha concentrado su estrategia en mejorar y hacerle ajustes al modelo de prestación de servicios. Sin embargo, en el camino, no ha logrado mejorar la salud del pueblo. Como ejemplo, mencionó que mientras entre 1940 y 1960 la esperanza de vida aumentó 23 años, desde el 1965 la longevidad del puertorriqueño sólo ha aumentado ocho años.
Históricamente, tras los esfuerzos del doctor Guillermo Arbona en la década de 1950 -de forjar un sistema regionalizado- ha habido múltiples transformaciones.
Empero, en este último reajuste, Mi Salud ha perpetuado quejas de siempre, principalmente, la denegación de referidos y medicamentos. Según la Oficina del Procurador del Paciente (OPP), entre octubre a diciembre de 2010 se recogieron unas 1,400 querellas, mayormente en estos dos renglones.
“En Puerto Rico nos hemos concentrado sólo en el modelo de prestación de servicios, cuando se deben atender otros aspectos, como los males sociales”, dijo Pérez.
Entre estos, mencionó la drogadicción, deserción escolar, homicidios, violencia doméstica, maltrato y abuso sexual de niños, embarazos en adolescentes, consumismo y corrupción. Todos estos tienen un factor en común: la desigualdad económica entre las clases sociales.
“Tampoco estamos midiendo los resultados de Mi Salud, la calidad. En un informe que hizo ASES (la Administración de Seguros de Salud), sólo el 27 por ciento de los hipertensos estaban controlados. Las cosas hay que medirlas para poder subsanarlas”, sostuvo.
Sylvia Arias, directora ejecutiva de la Fundación Puertorriqueña Pro Salud Mental, recalcó que le corresponde al gobierno, a través de ASES, supervisar la calidad en los servicios que recibe el paciente.
Una tragedia la salud mental
“Aquí tenemos una gran tragedia, que es la salud mental”, opinó Arias, quien comentó que la prima para salud mental de $7.37 es insuficiente.
Según dijo, colocar a sicólogos que visiten a grupos médicos primarios, al menos dos veces a la semana, no es una solución. “Un sicólogo sólo puede ayudar en cernimiento de condiciones leves si el médico primario se lo refiere”, dijo.
En cuanto al uso de buprenorfina para la adicción a opiáceos, Arias recalcó que, a la insuficiencia de médicos certificados para recetarla, se suma la falta de un enfoque sicosocial y holístico que complemente el tratamiento farmacológico.
La integración del modelo de reducción de daños del doctor José Vargas Vidot, director de Iniciativa Comunitaria, es un asomo en esta dirección.
Por otra parte, Arias recalcó la necesidad de reforzar la salud primaria en los pacientes de salud mental, al igual que el tratamiento, la integración de la familia y su inserción a la comunidad. La salud primaria es el conjunto de servicios básicos que debe acceder el paciente para prevenir el desarrollo de enfermedades o detectarlas a tiempo.
Agregó que también se debe robustecer la contratación de los hospitales de psiquiatría. Al presente, APS ha contratado a seis. Otros seis están operando bajo contratos previos. Esto provoca una inestabilidad en el sistema, particularmente para el paciente en busca de servicios. Datos de Assmca sugieren que en la Isla hay unas 800,000 personas con enfermedades de salud mental de moderadas a severas.
Arias también abogó porque se fortalezcan las unidades de intervención en crisis ya que, a su juicio, las salas de estabilización de APS deben expandir su ofrecimiento. Estas son unidades que operan en horario de 24 horas para estabilizar a pacientes que estén sufriendo alguna crisis de salud mental. Tras estabilizarlo, se debe canalizar si el paciente necesita una hospitalización o requiere tratamiento a nivel ambulatorio.
Arias también criticó la falta de un protocolo en autismo a seis meses de iniciada Mi Salud.
Llueven las querellas
La desconfianza de los proveedores y la falta de orientación de los pacientes han sido palpables en Mi Salud, aseguró el procurador del Paciente, el doctor Ángel Rivera.
“Hay médicos especialistas en las redes preferidas pidiendo referidos como seguridad de pago”, sostuvo.
Recalcó que, aunque las redes quieren asegurar el acceso del paciente a especialistas, muchas no están formadas.
Comentó que hay pilares importantes de salud, como el Centro Cardiovascular, que no había finiquitado el proceso de contratación con Mi Salud.
Según datos de la Oficina del Procurador del Paciente, entre octubre y diciembre se acumularon 1,487 querellas. El 60 por ciento fue por denegación de referidos y medicinas. Aunque compara con años anteriores, se perpetuan las mismas quejas que Mi Salud intenta subsanar.
“Lo importante ahora es hacer cumplir todo lo que han ofrecido”, dijo Rivera, quien recalcó que se debe mejorar la comunicación de médicos primarios y especialistas.
Pérez, Arias y Rivera coincidieron en que un Sistema de Salud Universal sería más beneficioso para el paciente, y sería más costoefectivo para el sistema. Recalcaron, sin embargo, que lo ven como un modelo a largo plazo, principalmente, por la insolvencia fiscal actual. Abogaron, también, por una mayor fiscalización, así como responsabilidad del paciente en los servicios que recibe.